
Onceavo tema especial:
¿QUÉ ES LA CREACIÓN?
Comentado por:
Oscar Gómez Díez
La mayoría de religiones tienen un mito de la creación. Un Curso de Milagros no es una religión, y por lo tanto, no cuenta con un mito de la creación, más bien se podría decir que expone un anti mito de la creación, al ser un tratado espiritual, que reinterpreta la cosmovisión judeo cristiana, que es la dominante en el llamado mundo occidental.
El Curso nos va a enseñar otra perspectiva de la Creación, que trasciende las limitaciones del miedo y la culpa que nos impiden experimentar el amor que somos. Aquí se expondrá la metafísica del Curso, que es coherente, con todo lo que nos ha venido enseñando, sobre Dios y sus creaciones.
LA CREACIÓN EN EL JUDAISMO:
El mito de la creación está expuesto en el primer libro de la Biblia, el Génesis. Casi que podríamos decir que allí están expuestos todos los arquetipos y las creencias que han moldeado nuestra cultura.
Dios crea a Adán a partir del barro de la tierra. Posteriormente Dios observó la soledad de Adán, y entonces crea a Eva como un subproducto de Adán, más específicamente de una costilla de Adán.
Dios hizo a la mujer, primeramente porque “no es bueno que el hombre esté solo…” (Génesis 2:18) Pareciera que la soledad fuera la primera emoción, en la psiquis del ego bíblico. La solución: las relaciones de pareja, y la reproducción sexual de los cuerpos.
DE LA UNIDAD A LA SEPARACIÓN:
El mito de la creación del Génesis moldea la cultura y la psicología humana. Se podría a partir de allí hacer una radiografía de la psiquis del ego:
• El miedo y la vergüenza nos invade tras comernos la manzana prohibida.
• Dios acusa a Adán y Eva
• Adán proyecta la culpa sobre Eva.
• Eva proyecta la culpa sobre la serpiente.
• La serpiente que antes había sostenido un diálogo fluido con Eva, no dice nada frente al veredicto de Dios, podría asimilarse a la introyección.
• Sobreviene el castigo.
• Con la expulsión del paraíso parece consolidarse la separación.
• Todo esa discusión de Dios con sus hijos, gira en torno a un tema externo a ellos que parece afectarlos: la percepción. Tanto Dios como sus hijos perciben de forma distinta, parece que ambos han perdido el Conocimiento de la totalidad propio del Espíritu.
• El Génesis nos enseña el surgimiento del mundo de la percepción donde creemos vivir.
Y así sucesivamente surgen conceptos como el pecado original, la culpa, el miedo, el castigo, el sacrificio, la proyección, la percepción, el tiempo, la muerte, la carencias, los conflictos, el ataque. el dolor, el sufrimiento, la soledad, la identificación con el cuerpo, la vulnerabilidad, etc.
Pero también la degradación de los cuerpos, la enfermedad y la muerte. Se perdió la plenitud y la abundancia del paraíso y surgen las carencias, y el trabajo de la tierra, para ganarnos el «pan con el sudor de la frente». Las carencias dan origen a los conflictos por los recursos escasos.
Esta percepción equivocada de la creación, la creencia en el pecado y la culpa, y el miedo a Dios, determinan nuestra percepción del mundo, y son un obstáculo para despertar de nuestro sueño de separación. De ahí la importancia de revisar desde el amor y la no dualidad nuestra percepción de la creación, y recordar lo que realmente es la Creación y nuestra verdadera relación con Dios.
TIEMPO VS ETERNIDAD:
La creación es algo que se da en la eternidad y no tiene principio ni fin, por eso, nos parece tan difícil comprenderla con nuestros cerebros, y nuestra perspectiva del tiempo.
El Génesis dice que Dios creó el mundo en 7 días, para ello tendría que crear primero el tiempo, y luego adentrarse en el tiempo, para crear el mundo y contar linealmente los 7 días de la creación. Esta teoría tiene un problema, pues si la eternidad se adentra en el tiempo, el tiempo necesariamente tiene que desaparecer.
¿DESCANSA DIOS?
Y Dios descansó al séptimo día de todo el trabajo de la creación. Esta es una condición muy particular, pues describe un dios que se cansa de crear, que lo agota, como si tuviera un cuerpo igual que a los humanos.
Pero si Dios necesita descansar, que pasaría si duerme?, duerme en el tiempo o en la eternidad? Si duerme en la eternidad jamás se despertaría.
Si duerme en el tiempo, podría sufrir de insomnio y despertar de mal genio.? Seria un dios voluble, sujeto a cambios de humor, iracundo y vengativo. Algunos mitos antiguos de la creación son pocos consistentes con la deidades que se inventan.
¿ES DIOS PERCEPTUAL?
Dios se “paseaba” por el jardín del Edén, cuando “descubrió” que Adán y Eva se ocultaban de él y tapaban su desnudez con unas hojas. Si Dios paseaba por el Edén como cualquier mortal, esta separado de su creación, no abarca a toda su obra con su presencia, y “descubre” que sus hijos lo han desobedecido, han pecado. El Dios del Génesis no gozaba de la omnipresencia ni de la omnisciencia de los grandes dioses, percibe como los humanos y por eso “paseaba” y «descubre» el pecado original. Y fue así como creamos a un dios a nuestra imagen y semejanza.
EL PODER DE LOS MITOS:
Los mitos hacen parte del sistema de creencias de una cultura o sociedad. No son históricos sino la representación literaria de algo que busca darle sentido a la vida humana.
«Los mitos responden preguntas existenciales (¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿por qué estamos aquí?) y ofrecen explicaciones tradicionalmente aceptadas por el pueblo, que se han venido trasmitiendo de generación en generación a lo largo de los siglos de manera oral o escrita» (significados.com) Los mitos son anteriores a la filosofía, y luego se desenvuelven de forma paralela.
Evidentemente un mito no es la realidad sino una representación alegórica, pero cuando escuchamos a un rabino judío, o a un sacerdote o pastor cristiano, exponer la creación, y afirmando que es la palabra de Dios, y repitiendo la misma historia a través de miles de años, el mito se vuelve real en la mente de los creyentes, y condiciona su consciencia del mundo.
El imperio romano hizo del cristianismo su religión oficial a partir del año 325, y extendió el cristianismo hasta los confines de sus dominios, y 1.200 años después, las potencias coloniales europeas lo extienden al continente americano, de ahí que el Génesis sea el mito de la creación más conocido, el que más nos ha influido, y del que nos ocuparemos hoy.
¿LA PERFECCIÓN CREA LA IMPERFECCIÓN:?
La Escritura dice que “Dios es espíritu” (Juan 4:24) y por tanto Él existe sin un cuerpo material, por lo que debería crear a Su semejanza, esto es como Espíritu, y no como cuerpos materiales. Mas sin embargo, el Génesis nos expone todo lo contrario.
Entre los temas que es necesario examinar para liberarnos de las falsas creencias de la creación, podemos considerar los siguientes:
• Dios creó el mundo.
• Dios creó al hombre.
• Fuimos creados a imagen de Dios.
• La creación se concibe de cosas concretas, como plantas, animales y humanos, es una creación de cuerpos y no de espíritus.
• La creación se concibe como Dios creando su opuesto:
• Lo inmortal crea cuerpos mortales
• La eternidad creando al tiempo
• El amor creando el miedo, la culpa y el castigo.
• Lo amorfo creando la forma
• Lo perfecto creando lo imperfecto.
• Lo inmutable, creando cosas y seres mutables, sujetas a cambios y transformaciones.
• Lo intangible creando lo tangible.
• Lo inmaterial creando lo material.
• La vida creando la muerte.
• La unidad creando la separación.
De ahí que nos surge la pregunta, si no ¿fuimos nosotros los que creamos a Dios a nuestra imagen y semejanza?
LA CREACIÓN DEL MUNDO MAYA
El mito Maya de la creación narrado en el libro del Popol Vuh, nos muestran unos dioses que se equivocan, igual que los humanos sin necesidad de justificar su imperfección.
La creación del hombre en el mundo Maya fue precedido de un fracaso, ya que el primer objetivo de los dioses fue crear los animales para que los adoraran, pero no pudieron conseguir que hablaran, «Sólo chillaban, cacareaban y graznaban» no desarrollaron un lenguaje, por lo tanto, los animales no podían adorar a los dioses. Este primer fracaso los llevó a crear al hombre.
De esta manera los dioses Mayas Tepeu y Gucumatz deciden crear al hombre, y se dicen:
“A probar otra vez. Ya se acerca el amanecer y la aurora: ¡hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados, para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten.» Popol Vuh
Hicieron tres intentos para crear a los humanos, y fracasan en los dos primeros.
El primer intento, crean a los humanos a partir de barro , y fracasan, pues hablaban pero no tenía entendimiento, y se diluían con el agua.
El segundo intento, crean a los humanos de madera, «pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador, caminaban sin rumbo y andaban a gatas,» fue el segundo fracaso. Este es el origen de los monos.
Y el tercer intento, crearon al hombre a partir del maíz. En este tercer intento tuvieron éxito. Pero resultaron tan similares a los dioses que a estos no les gustó, pues podían verlo todo sin necesidad de moverse, tanto lo que ocurría en el Cielo como en la tierra. Los primeros humanos tenían una visión de la totalidad, eran omniscientes, igual que los dioses, así que los dioses celosos soplaron un vaho sobre sus ojos para que solo pudiéramos ver lo que nos sucediera cerca. Eran dioses imperfectos, se equivocaban, fracasaban en sus intentos de creación, sienten celos de sus creaciones y deciden limitar nuestros poderes. El denominador común es que son dioses castigadores y vengativos, a los que tememos, y a los que le hacemos ofrendas y sacrificios para calmar su ira y castigos. No son dioses del amor sino del miedo. El temor a Dios es uno de los principales obstáculos para que conquistemos la paz.
Si hiciéramos un recorrido por las distintas culturas religiosas de este planeta nos encontraríamos distintos mitos de la creación, donde la culpa y el miedo a los dioses es lo que aprisiona y condiciona nuestras mentes. Desde esta perspectiva se podría hacer un ejercicio interesante de comparación de religiones y culturas. Las limitaciones de espacio de este artículo nos lo impide por ahora.
LA CREACIÓN EN UN CURSO DE MILAGROS:
Este onceavo tema especial, ”¿Qué es la Creación?,” inicia con la afirmación de Jesús radicalmente distinta, que la creación no es de un mundo concreto y tangible, de formas y cuerpos. «La creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en número infinito y sin límite alguno en ninguna parte.» (L-PII.11:1-1) La Creación emana de la Mente de Dios en forma de pensamientos, y es tan ilimitada como Dios mismo. Es una Mente que crea extendiéndose a sí misma. Fuimos creados como una extensión de la Mente Uno de Dios, como el Hijo de Dios, el Cristo que hace parte de la Mente Uno. Esto es lo que significa realmente crear a Su semejanza. Dios sólo puede crear a partir de lo Él es, y no lo que no es.
«Sólo el Amor crea, y únicamente a Su semejanza.» (L-PII.11:1-2) Esta es una afirmación muy importante, «Sólo el Amor crea» todo lo que no sea Amor, no puede crear, en el sentido de las creaciones de Dios, esto es, que sean amorosas, impecables, eternas, plenas, felices, etc. Lo que no tenga estos atributos, son fabricaciones de nuestra mente errada, invenciones del ego en medio de un sueño de separación, que se desvanecerán cuando despertemos a la verdad que somos. De ahí que solo podamos crear en la eternidad, en el tiempo solo se fabrican ilusiones que parecen nacer y morir en el transcurso del tiempo.
Desde la perspectiva del mundo, la expulsión del paraíso pone fin a la creación y da lugar a la creencia en la separación, y por lo tanto, parecen surgir dos mentes: la mente recta y la mente errada, la mente que conserva el recuerdo de Dios, y la mente que gobierna el ego, y, en ese contexto, parecen surgir muchas mentes, que se identifican con cuerpos separados, y un mundo de formas, sujetos a las leyes del tiempo y el espacio.
LA REALIDAD DE LA ETERNIDAD VS LA IRREALIDAD DEL TIEMPO:
«Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no existiese.» (L-PII.11:1.1-3) Las creaciones de Dios existían antes del tiempo y persistirán después del tiempo. Todo lo que Dios crea es eterno, no tiene principio ni fin, por lo tanto, no están sujetas al tiempo y sus leyes de degradación y muerte. Lo inmortal sólo crea a Su semejanza, esto es, sus creaciones tienen los mismos atributos del Creador, como la inmortalidad. Lo único que no puede hacer el Hijo es crear al Padre, por lo demás, goza de los mismos atributos de su Dios.
«Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma alguna.» (L-PII.11.1:4) Todo lo que se fabrica dentro del tiempo, estaría determinado por las leyes de la decadencia, del envejecimiento, la merma, la degradación y la muerte. La creencia en el tiempo jamás podrán afectar las creaciones de Dios, pues sólo las gobiernan las leyes del Amor, y no las del tiempo. El Señor de la eternidad sólo crea eternamente.
«Los Pensamientos de Dios han de ser por siempre y para siempre exactamente como siempre han sido y como son: inalterables con el paso del tiempo, así como después de que éste haya cesado.» (L-PII.11.1:5) Los pensamientos de Dios son tan inmutables como Dios Mismo, no están sujetos a cambios ni caprichos. Han existido antes del tiempo y seguirán siendo cuando el tiempo culmine, pues este jamás podrá adentrarse en la eternidad. Si se pudiera ver el tiempo desde la eternidad, este sería un instante, una fracción, una estrella fugaz, pero difícilmente la eternidad podría contemplar al tiempo pues lo consideraría como un pensamiento demente, ilusorio, y se reiría de tal tontería, la eternidad excluye al tiempo, pues su naturaleza es lo inmutable.
EL PODER CREADOR DEL AMOR:
«Los Pensamientos de Dios poseen todo el poder de su Creador. Pues Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. Y así, Su Hijo participa en la creación, y, por lo tanto, no puede sino compartir con su Padre el poder de crear.» (L-PII.11.2:1-3) Al crear Dios a su Hijo a Su semejanza, este tiene el mismo poder creador del Padre, excepto poder crear a Dios. Padre e Hijo comparten la Creación, pues el Amor se recrea a sí Mismo, en una extensión infinita.
LA UNICIDAD DE LA CREACIÓN:
Cuando Dios emana un pensamiento Suyo, ese pensamiento queda impregnado con todo el poder del Creador, pues el Amor se extiende a Sí Mismo, no crea aparte de Si. No hay un «aquí» y un «allá» entre el Creador y lo creado. La cualidad del Amor es que se extiende y se extiende eternamente, lo creado nunca se separa de su Creador, esa es la unicidad de la creación, el Creador y lo creado siguen siendo Uno, no hay posibilidad de ninguna separación. Las ideas no abandonan su fuente, los pensamientos de Dios no se desprenden de Él. «Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo.» (L-PII.11.2:4) La unicidad de la Creación es absoluta, pues goza de la plenitud de la totalidad, no hay fragmentos separados.
VERDAD VS ILUSIÓN:
«La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la verdad.» (L-PII.11.3:1) Recordemos que el criterio para determinar la verdad es Dios o el Amor. Lo que sea creado por el Amor y tenga sus cualidades, entre las cuales están las de ser eternas e inmutables, es la verdad, lo que le sea contrario, no es verdad, es ilusorio. Por lo tanto, este mundo, con sus cuerpos y sus formas sujetas al tiempo, no son verdad, son ilusorias, y nunca fueron creadas por el Amor.
CREACIÓN Y VOLUNTAD DE DIOS:
Si Dios es el Creador, lo creado es el Hijo, el Cristo que todos somos, las partes que contienen a la totalidad. Lo creado es el resultado de la Voluntad de Dios, de que Su Hijo sea semejante a Él en poder y gloria, «La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad.» (L-PII.11.3:2) La creación es el Hijo de Dios, no como cuerpo, sino como mente, como espíritu, ilimitado e inmortal, amoroso y pleno, esa es la Voluntad de Dios y eso no ha cambiado ni cambiara. La Creación es como un gigantesco holograma, en la que cada parte contiene en si a la totalidad de la Existencia.
Jesús nos garantiza que la unidad de la creación está garantizada por la Voluntad de Dios, por lo tanto, no existe la menor posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda afectar a la creación. «La inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su impecabilidad.» (L-PII.11.3:3)
La pregunta que nos podríamos hacer, es ¿Qué es lo creado? ¿Quien es la Creación?, la respuesta es «Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación.» (L-PII.11.4:1) Y somos la Creación no como cuerpos separados, sino como mente, como espíritus libres e inmortales.
LA ILUSIÓN DE LA SEPARACIÓN:
En este mundo creemos que nos hemos separado de nuestro Creador, pero esto es imposible, «Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él.» (L-PII.11.4:2) Sólo en sueños podemos pensar que nos hemos separado de la Fuente de todo Amor. «Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su certeza.» (L-PII.11.4:3-4) En nuestras mentes permanece el recuerdo de Dios, en una parte de nuestra mente mora el amor y la paz de Dios, y en la medida que perdónanos muestras culpas y miedos, el Amor ocupará nuestra consciencia y la duda se transforma en certeza.
«El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador.» (L-PII.11.4:5) Somos un pensamiento en la Mente de Dios, y las ideas no abandonan su Fuente, el recuerdo de Dios permanece en la parte santa de nuestra mente, ese recuerdo de Dios lo llamamos el Espíritu Santo, Él guía que nos ayuda a despertar de este sueño de separación, a través del perdón de todas nuestras falsas creencias acerca del Amor y la Creación.
«Que nuestra función sea únicamente permitir el retorno de este recuerdo y que Su Voluntad se haga en la tierra, así como que se nos restituya nuestra cordura y ser solamente tal como Dios nos creó.» (L-PII.11.4:6) Nuestro único propósito en este mundo es regresar a Dios, y eso lo logramos a través del perdón. Por eso el perdón es nuestra única función en este mundo. La creencia en la separación es una idea loca, es demente, despertar del sueño de separación es recuperar nuestra cordura.
«Nuestro Padre nos llama. Oímos Su Voz y perdonamos a la creación en Nombre de su Creador, la Santidad Misma, Cuya santidad Su creación comparte con Él; Cuya santidad sigue siendo todavía parte de nosotros.» (L-PII.11.5:1-2) Nuestro Padre nos llama a través del Espíritu Santo, Quien nos enseña a perdonar nuestras falsas creencias sobre la creación, perdonando nuestras ilusiones en el Nombre del Amor y la Verdad, en el Nombre de Dios que mora en nosotros, como nosotros moramos en Dios. La unicidad de la Creación se restablece, cuando toda culpa y miedo haya desaparecido de nuestra consciencia, cuando nuestra consciencia sea ocupada solo por el Amor, y se fusione nuevamente con la Fuente de todo Amor, es el momento en que la consciencia también desaparece, pues ya no hay sujeto y objeto, no hay un aquí y un allá, un observador y un observado, todo es uno, como lo fue siempre y lo será por siempre, pues es el momento en que reconocemos que el Amor es, Dios es, y guardamos silencio, pues todo es paz, gozo y dicha eterna..
Bendiciones
Oscar Gómez Díez
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