
EL AMOR Y LA BELLEZA VAN DE LA MANO
Todo lo que toca el amor se vuelve bello, adquiere la fragancia de lo divino, de lo perfecto. La delicadeza de una flor pareciera que no resistiera el paso del tiempo. Pero si la contemplamos ya no con los ojos del cuerpo sino con los ojos del corazón, el tiempo ya no importa, pues tanto la belleza como el amor se han inmortalizado en nuestro espíritu eterno. Atrás queda todo juicio y toda condena que nos hacían pensar que las cosas son buenas o malas, bellas o feas, transitorias o permanentes. El perdón nos permite trascender la dualidad de los opuestos, y la ilusión del tiempo, sin juicios solo queda la eterna sonrisa del amor que impregna a toda la Existencia.
Aprendamos a observar todas las cosas y circunstancias desde la inocencia del amor, y descubriremos la belleza que subyace en todo, y cuyo contenido se inmortaliza en nuestros corazones.
La verdadera belleza radica en el amor, así como el miedo, los juicios y las condenas nos impiden apreciarla.
Ofrece amor y estarás entregando lo mejor de ti, la belleza que reside en tu interior, que se reflejará en el mundo que sanará con la luz que irradias.
Es el instante en que reconocemos que el amor y la belleza van de la mano, es el gozoso momento de quien se contempla a sí mismo y termina contemplando a la totalidad del universo.
Oscar Gómez Díez
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