LECCIÓN 331

LECCIÓN 331

«El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.»

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

Que origina el conflicto? O mejor dicho, ¿que origina nuestra creencia en el conflicto.? «Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto.» estar en conflicto solo es posible en un sueño de separación. ¿Pero como la separación nos conduce al conflicto? Porque hemos creado una identidad falsa de nosotros mismos. Una voluntad ilusoria que cree haber reemplazado la Voluntad de Dios. Fabricamos un mundo dual, a la vez que perdimos la plenitud y la abundancia del estado del Cielo, vivimos en permanente estado de carencia, por lo que luchamos por los recursos que creemos escasos. La culpa y las carencias alimentan los conflictos. El sufrimiento es la consecuencia de juzgar, condenar y atacar a mis hermanos, pues con ello no estoy haciendo nada  más que atacarme a mi mismo.

ORACIÓN DEL DIA:

«Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento así mismo! ¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? Me amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. ¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.»

En el fondo de todo conflicto, subyace la creencia que hemos fabricado una voluntad distinta a la de Dios. Como podemos acabar con el conflicto? Uniendo nuestra voluntad con la de Dios, pues es la única Voluntad real, uniendo nuestra voluntad a la del Amor todo abarcante que une e integra a toda la Creación, retornando al estado de plenitud y abundancia al que tenemos derecho como el perfecto Hijo de Dios, en resumen, recordando quienes somos realmente. Y allá llegaremos  cuando tengamos la certeza que «No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor.» y  lo logramos a través del perdón, que remueve la creencia en la separación, y restablece el amor que somos y nuestra indisoluble unidad con la Voluntad de Dios. «El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos.» El perdón me muestra el mundo real, el mundo feliz y perdonado, el mundo que nos conduce a la paz de Dios. «Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. Amén.» el perdón es el mecanismo que nos abre las puertas del Amor en nuestros corazones, y nos conduce hacia un estado de paz y plenitud por siempre anhelado y por siempre nuestro, pues el Amor siempre nos ha esperado así lo hayamos negado. El Amor nunca se olvida de Sí Mismo, pues el Amor como Dios simplemente es. No hay nada que el Amor no pueda hacer, pues Dios y el Amor son dos formas de expresar una única Realidad inmortal.

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado «12. ¿Qué es el ego?» Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

«Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo.» (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
Bendiciones

Oscar Gómez Díez

https://oscargomezdiez.com/

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