LECCIÓN 19

LECCIÓN 19

«No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos.»

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

«La idea de hoy es obviamente la razón por la que lo que ves no te afecta a ti solo.»  Esta  lección es una continuidad de la anterior. Si ayer estaba centrada en la percepción (ver) la de hoy está centrada en donde se produce la proyección: nuestra mente. Ambos casos  son lo mismo, pues causa y efecto son lo mismo y ocurren simultáneamente.

Y en ambos casos no soy el único que experimenta los afectos de mi modo de pensar y de ver. Por eso es que, «Notarás que las ideas que presentamos relacionadas con el acto de pensar a veces preceden a las que están relacionadas con la percepción, mientras que en otras ocasiones se invierte ese orden.» el orden entre pensar y percibir finalmente no importa, ambos conducen al mismo resultado, «El acto de pensar y sus resultados son en realidad simultáneos, ya que causa y efecto no están nunca separados.» cuando pensamos algo, (causa) la percepción será inmediata, (efecto), así nuestra percepción del tiempo lineal nos lleve a creer que hay una brecha entre lo uno y lo otro.

Y en ambos casos, lo que veamos y pensemos, afectarán a los demás, pues somos una sola mente, «Hoy volvemos a hacer hincapié en el hecho de que las mentes están unidas.» Pero no lo creemos,  el  ego nos hace creer que la mente está circunscrita a nuestro cuerpo, y por lo tanto, separada de las demás y que podemos conservar nuestros «pensamientos privados». Por lo que, cuando nos dicen que no existen pensamientos privados, lo sentimos como una amenaza a nuestra privacidad, pues nos sentimos desnudos frente a los demás y nuestros supuestos enemigos. Por lo que, la culpa, la vergüenza, el odio y los miedos que con tanto celo habíamos ocultado han resultado inútiles. «Rara vez se acoge bien esta idea al principio, puesto que parece acarrear un enorme sentido de responsabilidad, e incluso puede considerarse como “una invasión de la intimidad”. Sin embargo, es un hecho que no existen pensamientos privados.» y no existen pensamientos privados por la sencilla razón que somos una sola mente, la del Hijo de Dios que se cree separado del Padre, y que se fragmentó en en miles de millones de pedazos, y que como los hologramas, cada parte contiene en si a la totalidad, cada fragmento contiene el recuerdo de Dios, el amor que somos.

El juego del ego consiste en multiplicar la ilusión de separación, contrario al amor, que tiende a la unidad, a la integración de todo lo que es, pues esa es su naturaleza. De ahí que Jesús nos reitere la importancia del principio de unicidad, «A pesar de tu resistencia inicial a esta idea, ya entenderás que para que la salvación sea posible, esta idea tiene que ser verdad.» solo a través de reconocer en cada ser que ahora veo separado de mi, a un hermano y no a un posible competidor o enemigo, es que podré sanar mi mente y retornar a la unidad de todo lo que es. Y eso lo logramos a través del perdón y de la certera guía del Espíritu Santo.

«Y la salvación tiene que ser posible porque es la Voluntad de Dios.» y la Voluntad de Dios es la unicidad de toda la Creación, es la integralidad del amor que se extiende eternamente en un canto de dicha y paz.

PRÁCTICA:

Tres o cuatro sesiones de un minuto cada una. Debe hacerse con los ojos cerrados en un proceso de búsqueda mental, identificando los pensamientos a los que le vas a aplicar el ejercicio.

«Repite primero la idea de hoy y luego escudriña tu mente en busca de aquellos pensamientos que se encuentren en ella en ese momento. A medida que examines cada uno de ellos, descríbelo en función del personaje o tema central que contenga, y mientras lo mantienes en la mente, di:»

«No soy el único que experimenta los efectos de este pensamiento acerca de
_____ .»

NO OLVIDAR LA METODOLOGÍA:

Si pudimos notar en las lecciones anteriores, Jesús era reiterativo en que seleccionemos de manera imparcial los objetos a los que le vamos a aplicar el ejercicio diario, que podrían ser objetos, animales, plantas, o seres humanos, familiares o desconocidos, a todos por igual se le debe aplicar la lección sin excepciones. Este requisito lo debemos incorporar en nuestro aprendizaje, por lo que ya no se dirá diariamente. «El requisito de ser lo más imparcial posible al seleccionar los objetos para las sesiones de práctica ya te debe resultar bastante familiar a estas alturas, y de aquí en adelante no se repetirá diariamente, aunque se mencionará de vez en cuando a modo de recordatorio.»

«No olvides, sin embargo, que seleccionar los objetos al azar en todas las sesiones de práctica seguirá siendo esencial hasta el final. Esta falta de orden en el proceso de selección es lo que hará que finalmente tenga sentido para ti el hecho de que no hay grados de dificultad en los milagros.» No hay nada de este mundo que no sea sujeto de perdón y sanación, no hay nada en este mundo al que nos se le pueda ofrecer un  milagro de amor.

Oscar Gómez Díez

https://www.facebook.com/oscar.gomezdiez.3

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