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LECCIÓN 22
«Lo que veo es una forma de venganza.»
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
«La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo.» Este es un mundo de opuestos. La creencia en las carencias alimenta los conflictos y los ataques. De lo que no somos conscientes es que primero proyectamos sobre el mundo nuestra ira y nuestros ataques, y luego los percibimos como si fueran contra nosotros, por eso es que «Lo que veo es una forma de venganza.» Lo que veo es la supuesta venganza del mundo contra mi después de haberlo atacado.
Mientras tenga pensamientos de ira y ataque lo único que veré es un mundo vengativo. Esto no es más que una réplica, de una causa más profunda, de una causa metafísica: la creencia que hemos atacado a Dios con la separación, y por lo tanto, nuestra culpa inconsciente, nos lleva a pensar que nuestras experiencias son el resultado de una venganza de Dios, de un castigo de Dios.
Jesús explica esta dinámica de nuestra mente de la siguiente manera: «Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia.» y esto se convierte en un círculo vicioso en el que nos sentimos atrapados, hasta que decidamos ver las cosas de otra manera, y aceptamos la ayuda del Espíritu Santo.
«De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?» Las buenas nuevas es que nos podemos escapar de esta locura, «¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella?» Pero ello requiere que demos un primer paso, y es reconocer que todo esto nos lo hemos ocasionado nosotros mismos, «Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe.» A partir de este reconocimiento, debemos asumir la responsabilidad por nuestros pensamientos si de verdad queremos la paz
PRACTICA:
Cinco sesiones de 1 minuto cada una.
«A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros:»
«Veo únicamente lo perecedero.»
«No veo nada que vaya a perdurar.»
«Lo que veo no es real.»
«Lo que veo es una forma de venganza.»
«Al final de cada sesión de práctica, pregúntate:»
«¿Es éste el mundo que realmente quiero ver?»
«La respuesta será obvia.»
Vivimos nuestras vidas como si de una película de Hollywood se tratara. Creemos vivir una vida apacible y feliz, hasta que llega un “villano” y nos lastima. Y la ira nos convierte en el héroe que clama venganza y la ejecuta, a eso le ponemos el nombre de «justicia». Este guion lo recreamos de mil maneras diferentes. Nos sentimos inocentes, percibimos que nos atacan y atacamos, y nos preparamos para un eventual contra-ataque.
El drama puede ser individual o colectivo. Cuando es colectivo, entonces los villanos quieren acabar con el mundo, y nuestros «héroes», después de arduas batallas destruyen a los malos y salvan al mundo. De lo que no somos conscientes es que estas películas las hemos fabricado en nuestras mentes, que ese guion lo escribimos de principio a fin, lo que experimentamos fue lo que pensamos, vemos lo que queremos ver.
Todas nuestras culpas, miedos e iras las proyectamos sobre nuestros hermanos y sobre el mundo, creyendo que con eso nos liberamos de ellas, pero lo único que logramos es multiplicar nuestros miedos, pues nos quedamos esperando la venganza por nuestros ataques.
No faltará algún «yo» individual, que diga «yo no me inventé esta experiencia» ignorando que su ego individual es parte de un gran ego colectivo que nos piensa y condiciona. Somos una sola mente que se cree dividida que se recrea en el ataque y la venganza. Y esto seguirá siendo así hasta que cuestionemos nuestros pensamientos de ataque preguntándonos: «Es este el mundo que realmente quiero ver?» y con esta pregunta, hacemos un alto a nuestra espiral de pensamientos de ataque, y permitimos que el amor corrija nuestros errores de percepción.
El milagro solo ocurre cuando identificamos y reconocemos nuestros pensamientos no amorosos, y elegimos soltarlos. En ese momento el Amor representado por el Espíritu Santo, substituye nuestro miedo por amor, nuestros conflictos por paz, nuestro sufrimiento por felicidad. La luz ha llegado y ha borrado de nuestra mente la película de ira y venganza por un mundo real de amor y perdón.
Oscar Gómez Díez
G R A C I A S ❣️
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