LECCIÓN 35

LECCIÓN 35

«Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.»

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

En este mundo nos auto identificamos con un «yo» que hemos construido a lo largo de nuestra vida. Creemos que ese «yo» nos define,  y vamos  construyendo una imagen que nos identifique y nos defina ante los demás. De ahí que nos identifiquemos con algún rol, nos presentamos como «yo soy un ingeniero», soy…un abogado, soy padre de familia, esposo, amigo, deportista, artista, etc. Y dependiendo de cómo nos va en el desempeño de esos roles, nos valoramos como exitosos, fracasados, felices,  deprimidos, víctimas, solidarios, caritativos, virtuosos, orgullosos,  enfermos, saludables, etc.  Eso no es nuestra verdadera identidad, es una ilusión de lo que creemos ser, es una fantasía de nuestro ego.

Eso «describe la manera como te ves a ti mismo ahora.» te identificas  con esa imagen,  con ese rol, e incluso lo defiendes. Pero eso no es lo que realmente eres.

Tu eres una mente libre, ilimitada, eterna e invulnerable. Pero mientras te sigas identificando con tu imagen no podrás acceder a tu verdadero Ser, a la mente amorosa, impecable y santa, que siempre has sido.

El ejercicio nos propone que identifiquemos esa auto imagen, que la veamos y luego la invalidemos con la verdad que somos,  diciéndonos  que «Pero mi mente es parte de la de Dios.  Soy muy santo.» a cada descripción de nuestra auto imagen la contrastamos con nuestra verdadera realidad.
Lo podemos hacer de esta manera:

«Me veo a mi mismo como un fracaso»

«Pero mi mente es parte de la de Dios.  Soy muy santo.»

«Me veo a mi mismo como alguien exitoso»

«Pero mi mente es parte de la de Dios.  Soy muy santo.»

Tu repertorio de cómo te describes puede ser muy amplio y variado, la lección nos da los siguientes ejemplos, pero no te detengas en ellos, tu más que nadie sabes como te describes:

«Me veo a mí mismo como alguien del que otros abusan.»
«Me veo a mí mismo como alguien que está deprimido.»
«Me veo a mí mismo como un fracaso.»
«Me veo a mí mismo como alguien que está en peligro.»
«Me veo a mí mismo como un inútil.»
«Me veo a mí mismo como un vencedor.»
«Me veo a mí mismo como un perdedor.»
«Me veo a mí mismo como una persona caritativa.»
«Me veo a mí mismo como una persona virtuosa.»

Haga el ejercicio con los ojos cerrados, pues estamos trabajando con nuestro mundo interior.

Tanto la imagen positiva como la negativa que tengas de ti mismo, son parte de la misma ilusión, a cada imagen que tengas de ti, le aplicas el ejercicio del día: «Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.»

Es muy posible que aún no te lo creas, pero en la medida que la practiques 5 minutos en la mañana, a mediodía, y en la noche, irás reconociendo tu realidad inmortal, irás invalidando a tu ego, y darás paso a la visión espiritual que te mostrará la luz y el amor que eres.

Así que cierra los ojos, escudriña tu mente y permite que el amor disipe todo ese falso yo, que te aleja de tu auténtica  verdad: Una mente creada a semejanza de su Creador, con sus mismos atributos de santidad, impecabilidad, amor, paz y plenitud. Eso es  lo   que eres, y seguirás siendo por siempre jamás, ninguna ilusión podrá ocultar la ilimitada y deslumbrante luz de tu amorosa mente.

Repite la idea del día con la mayor frecuencia posible, se trata de que recuerdes tu verdadera identidad, el amor que eres.

Oscar Gómez Díez

https://www.facebook.com/travesiainterior/

*Nota:*

Estos comentarios pretenden contribuir a la comprensión de la lección, pero no substituyen su lectura y práctica

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