LECCIÓN 40

LECCIÓN 40

”Soy bendito por ser un Hijo de Dios.”

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

Hoy iniciamos un ciclo temático  hasta la lección 50, llamadas las bienaventuranzas, un tema que tendrá un hermoso desarrollo en las siguientes lecciones.

Si ponemos atención esta lección, tiene una sola oración dedicada al tema del día, y el resto del texto va sobre cómo hacer la práctica. Su propósito es que tomemos consciencia de la importancia de adquirir disciplina para el éxito de nuestro entrenamiento mental.

La lección 40 inicia con la siguiente afirmación:
«Comenzamos hoy a afirmar algunas de las bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser quién eres.»
Bendito significa santo, bienaventurado, feliz y dichoso.

Las bienaventuranzas tienen sus orígenes en distintas culturas, en el antiguo Egipto,  en la literatura griega,(como una característica de los dioses), como también en el antiguo testamento, que se usaba para felicitar a una persona por tener alguna buena cualidad,  o por tener una conducta grata, era sinónimo de felicidad terrenal.

Del antiguo al nuevo testamento las bienaventuranzas pasan de  los bienes terrenales a los divinos. En los últimos libros del antiguo testamento se comienza a relacionar bienaventuranza con la gracia de Dios, en este caso Dios cómo fuente de felicidad. En el famoso sermón de la montaña Jesús expone sus bienaventuranzas, 8 según Mateo (5:3-11), 4 según Lucas.(6:20-47)

Con Jesús las bienaventuranzas están centradas en el amor y la igualdad,  ya no son los ricos  los afortunados sino los pobres. Son los perseguidos,  los que sufren, los hambrientos los bienaventurados. En cada bienaventuranza hay una promesa de redención.  Sería interesante hacer un estudio de las bienaventuranzas del nuevo testamento a la luz de Un Curso de Milagros, pero este comentario tiene sus límites de extensión.

Las bienaventuranzas en el libro de ejercicios van de la lección  40 a la 50, en un principio, se podría dudar de la lección 48, por el título de la misma, más sin embargo, cuando se ve el contenido de la lección se podría considerar como una bienaventuranza.

Las bienaventuranzas del Curso están determinadas  por nuestra condición de Hijo de Dios, que nos da derecho a Sus atributos, solo tenemos que reconocerlos, afírmalos, recordarlos, pues ya son nuestros, solo que el ego nos ha velado la luz y el amor que somos.

La culpa, el miedo, los ataques y las carencias han construido un falso muro que cree separarnos de nuestro Padre, pero ante la presencia del Amor y el perdón ese muro se derrumbará.

PRACTICA:

Diferente a las anteriores lecciones que hacíamos practicas largas varias veces al día, aquí se nos pide que practiquemos de manera frecuente a lo largo del día.

«Hoy no se requieren largas sesiones de práctica, sino muchas cortas y frecuentes. Lo ideal sería una cada diez minutos, y se te exhorta a que trates de mantener este horario y a adherirte a él siempre que puedas.» Jesús nos exhorta a tener una práctica más intensa a lo largo del día, en la que el ideal sería cada 10 minutos. Él sabe que lo más seguro es que no cumpliremos con la frecuencia que nos pide, apenas estamos empezando nuestro entrenamiento, pero con una gran delicadeza nos dice:  «Si te olvidas, trata de nuevo.  Si hay largas interrupciones, trata de nuevo.  Siempre que te acuerdes, trata de nuevo.» Busca que adquiramos disciplina, pero no busca generarnos culpa por nuestros olvido, Él bien sabe que  tras nuestros olvidos se encuentra la resistencia del ego.

Esta practica se puede realizar con los ojos cerrados o con los ojos abiertos, no hay ninguna excusa para no hacer la práctica.  «No es preciso que cierres los ojos durante los ejercicios, aunque probablemente te resultará beneficioso hacerlo.  Mas puede que durante el día te encuentres en situaciones en las que no puedas cerrar los ojos.  No obstante, no dejes de hacer la sesión por eso.  Puedes practicar muy bien en cualquier circunstancia, si realmente deseas hacerlo.» la única condición para realizar la práctica es desear hacerla, así de sencillo.

RECORDANDO LOS ATRIBUTOS DEL HIJO DE DIOS:

Esta variante llena de contenido  nuestras bienaventuranzas, especificamos porque somos benditos. «Los ejercicios de hoy no requieren ningún esfuerzo ni mucho tiempo.  Repite la idea de hoy y luego añade varios de los atributos que asocias con ser un Hijo de Dios, aplicándotelos a ti mismo.»

«Una sesión de práctica, por ejemplo, podría consistir en lo siguiente:»

«Soy bendito por ser un Hijo de Dios.»

«Soy feliz y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento.»

«Otra podría ser, por ejemplo:»

«Soy bendito por ser un Hijo de Dios.»
«Estoy calmado y sereno; me siento seguro y confiado.»

«Si sólo dispones de un momento, basta con que simplemente te digas a ti mismo que eres bendito por ser un Hijo de Dios.»

El Curso no busca  enfrentarnos al ego pues su resistencia lo fortalece, solo basta negar su existencia y afirmar la verdad de lo que somos, como sucede en estás lecciones.  Nuestra santidad está determinada por ser el Hijo de Dios. Soy el Hijo del Amor, vivo gracias al Amor y me extiendo a través del Amor. Reconozcámoslo y disfrutemos el gozo de SER.

Oscar Gómez Díez

https://www.facebook.com/travesiainterior/

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s