LECCIÓN 43

LECCIÓN 43

«Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.»

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

Para entender esta lección se requiere definir primero conceptos como percepción y conocimiento.
«La percepción no es un atributo de Dios. El ámbito de Dios es el del conocimiento.» La percepción es el ámbito del ego, es la forma como vemos e interpretamos todas las cosas de este mundo, que por su naturaleza es ilusoria, es falsa.

Lo opuesto, es el conocimiento, que es la condición de Dios, es un atributo del espíritu, y es la verdad y el criterio para determinar la verdad. Para el Curso solo  Dios es verdad, todo lo que esté por fuera de Dios no es verdad. El conocimiento todo abarcante es lo que caracteriza a Dios.

La percepción es la manera como creemos que conocemos en este mundo, lo hacemos a través de los órganos de percepción: los ojos, los oídos, el tacto, etc. En este mundo todo lo que vemos, escuchemos o sentimos con el cuerpo lo consideramos real, ese es el ámbito en el que se desenvuelve el ego. Lo que vemos es un mundo dual, un yo y un tu, un observador y algo o alguien que es observado; y todo lo que experimentamos es dual: calor-frio, alegría-tristeza, salud- enfermedad, feo-hermoso, etc. El Curso nos dice que ese no es el mundo real, que ese es un mundo ilusorio. Que lo único real es Dios y su Creación. El conocimiento de la totalidad es un atributo de Dios, y para ello no necesita de órganos como nuestros ojos.

Lo que percibimos no son más que nuestros pensamientos proyectados afuera, lo que vemos es nuestra propia película mental. «Sin embargo, Él ha creado al Espíritu Santo para que sirva de Mediador entre la percepción y el conocimiento. Sin este vínculo con Dios,  la  percepción habría reemplazado al conocimiento en tu mente para siempre.» La función del Espíritu Santo es servir de mediador entre la percepción y el conocimiento, entre nuestra mente errada y el estado del Cielo.

Aquí el concepto de mediador no es el que conocemos en este mundo, alguien que media entre dos partes en conflicto para que lleguen a un acuerdo  entre esas partes. No sé trata que Dios y el ego lleguen a un acuerdo por mediación del Espíritu Santo. Es una mediación entre Dios y su Hijo que sueña que está separado de Su Padre. La función del Espíritu Santo es ayudarnos a despertar del sueño de separación. El Espíritu Santo no transige con el ego y sus pensamientos no amorosos. Sin el Espíritu Santo, esa parte amorosa que habita en nuestra mente, y que nos recuerda quienes somos realmente, nos sería muy difícil salir del mundo de la percepción.

«Gracias a este vínculo con Dios, la percepción se transformará y se purificará en tal medida que te conducirá al conocimiento.» El mundo de la percepción no tiene ningún significado pues no es real. Pero el Espíritu Santo, lo purifica a través de la Expiación y el perdón, re-significando lo que vemos desde el amor, llevándonos desde una percepción errada a una percepción correcta o verdadera. De esta manera nos sitúa a las puertas del conocimiento, a las puertas de Dios.

«En Dios no puedes ver.» en este mundo,  vemos a través de los ojos del cuerpo, eso es percepción. Dios no ve de esa manera, pues no utiliza “ojos” como nosotros, y no ve de manera dual. Dios todo lo abarca, todo lo integra y todo lo une desde su Amor. Dios no está en conflicto consigo mismo, y por lo tanto, no tiene opuestos.

Por lo tanto, si Dios es mi Fuente, «No puedo ver separado de Él» (Dios).
Aquí vale la pena señalar que el Curso establece dos conceptos de ver, para poder diferenciar cuando lo hacemos con el ego y cuando lo hacemos con el Espíritu Santo. Cuando miramos con los ojos del cuerpo, o sea, desde nuestro ego, lo llama simplemente ver.
Cuando contemplamos desde el Espíritu Santo/Dios lo llama visión, o visión de Cristo, o visión espiritual. Pero hay momentos en que no se puede obviar el verbo ver, pero en este caso  va acompañado de con quién vemos, este es el caso de la segunda oración del actual ejercicio: «No puedo ver separado de Él» (Dios). Si Dios es mi Fuente, si somos parte de Dios, si estamos en Dios, solo podemos ver a través de El, solo podemos ver a través del Amor, solo podemos ver a través de la visión espiritual, pues eso es lo que somos, solo espíritu, solo amor.  

«La percepción no tiene ninguna función en Dios, y no existe. Pero en la salvación, que es el proceso de erradicar lo que nunca fue, la percepción tiene un propósito sumamente importante. Habiéndola inventado el Hijo de Dios para un propósito no santo, tiene que convertirse ahora en el medio a través del cual se le restaura su santidad en su conciencia. La percepción no tiene significado. Sin embargo, el Espíritu Santo le otorga un significado muy parecido al de Dios.» El Espíritu Santo reinterpreta nuestra percepción, llevándola desde el miedo al amor, desde el conflicto a la paz, y de esa manera nos acerca al conocimiento de Dios.

«Una percepción que ha sanado se convierte en el medio por el que el Hijo de Dios perdona a su hermano, y, por ende, se perdona a sí mismo.» El perdón es el mecanismo que utiliza el Espíritu Santo para sanar nuestra percepción. Y ahora  se nos explica porque no podemos ver separado de Dios. «No puedes ver separado de Dios porque no puedes estar separado de Dios. Todo lo que haces, lo haces en Él, porque todo lo que piensas, lo piensas con Su Mente. Si la visión es real, y es real en la medida en que comparte el propósito del Espíritu Santo, entonces no puedes ver separado de Dios.»

Esta lección es un ejemplo de los límites del lenguaje para explicar el ámbito de Dios, pues Dios no ve a la manera como vemos nosotros en este mundo, Dios no tiene ojos, no tiene un cuerpo, es amorfo pero todo lo sabe y todo lo abarca.

PRACTICA:

Tres sesiones largas de 5 minutos cada una. Una en la mañana, otra en la noche, y la otra Intermedia, en el momento que consideres adecuado.
Pongamos atención a las indicaciones de esta práctica, que introduce nuevos elementos.

«Al comienzo de estas sesiones repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados.»

«Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.»

«Luego mira a tu alrededor brevemente, aplicando la idea específicamente a lo que veas. Cuatro o cinco objetos durante esta fase de la sesión de práctica serán suficientes. Podrías decir, por ejemplo:»

«Dios es mi Fuente.  No puedo ver este escritorio separado de Él.»

«Dios es mi Fuente.  No puedo ver ese cuadro separado de Él.»

«Si bien esta parte del ejercicio debe ser relativamente corta, asegúrate, en esta fase de la práctica, de seleccionar los objetos tan al azar como sea posible, sin controlar su inclusión o exclusión.»

PENSAMIENTOS RELACIONADOS:

«Para la segunda fase, la más larga, cierra los ojos, repite la idea de hoy nuevamente, y luego deja que cualquier pensamiento pertinente que se te ocurra sea una aportación a la idea de hoy en tu propio estilo particular.  Pensamientos tales como:»

«Veo a través de los ojos del perdón.»

«Veo el mundo como un lugar bendito.»

«El mundo me puede mostrar Quién soy.»

«Veo mis propios pensamientos, que son como los de Dios.»

«Cualquier pensamiento que en mayor o menor medida esté directamente relacionado con la idea de hoy es adecuado. Los pensamientos no tienen que tener una relación obvia con la idea, pero tampoco deben oponerse a ella.»

MANTENTE  ALERTA  A LOS  PENSAMIENTOS  DEL  EGO

«Si ves que tu mente se distrae o si comienzas a notar la presencia de pensamientos que están en clara oposición a la idea de hoy o si te resulta imposible pensar en algo, abre los ojos, repite la primera fase del ejercicio y luego intenta de nuevo la segunda. No dejes transcurrir grandes lapsos de tiempo en los que te enfrascas en pensamientos irrelevantes. Para evitar eso, vuelve a la primera fase del ejercicio cuantas veces sea necesario.»

Esta lección nos invita a una práctica parecida a la de ayer, de permitir que lleguen pensamientos relacionados, no importa cuáles, solo que no sean opuestos a los de la lección, deben ser pensamiento  amorosos. Este es un método que nos entrena en una especie discernimiento intuitivo.

REPETICIONES FRECUENTES:

«La forma de la idea, al aplicarla hoy durante las sesiones de práctica más cortas, puede variar de acuerdo con las circunstancias y situaciones en las que te encuentres en el transcurso del día.»

SANTIFICA TUS ENCUENTROS:

«Cuando estés con otra persona, por ejemplo, trata de acordarte de decirle silenciosamente:»

«Dios es mi Fuente.  No puedo verte separado de Él.»

«Esta variación puede aplicarse por igual tanto a desconocidos como a aquellas personas con las que crees tener una relación íntima.  De hecho, evita a toda costa hacer distinciones de esta clase.»

RESPUESTA A LA TENTACION:

«La idea de hoy también debe aplicarse en el transcurso del día a las diversas situaciones y acontecimientos que puedan presentarse, especialmente a aquellos que de alguna forma parezcan afligirte. A tal fin, aplica la idea de esta manera:»

«Dios es mi Fuente.  No puedo ver esto separado de Él.»

«Si en ese momento no se presenta en tu conciencia ningún sujeto en particular, repite simplemente la idea en su forma original.  Trata de no dejar pasar grandes lapsos de tiempo sin recordar la idea de hoy y, por ende, sin recordar tu función.»

Ayer practicábamos con que Dios nos regaló la visión, hoy  decimos que esa visión no es posible hacerla separado de Dios, pues solo podemos ver en Él y a través de Él, solo podemos ver a través del amor, pues no existe nada más que el amor, el amor es lo que nos une con Dios y el amor es lo que impide que me separé de Dios.

Oscar Gómez Díez

https://www.facebook.com/travesiainterior/

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