LECCIÓN 56

LECCIÓN 56

Comentada por:
Oscar Gómez Díez

Las ideas de este repaso de las lecciones 26 a la 30,  versan sobre cómo  mis pensamientos de ataque, me hacen sentir temeroso y vulnerable sobre la posibilidad que pueda ser atacado.  Si me estoy defendiendo no podré saber quien en verdad soy. Recuperar mi verdadera identidad pasa por desear la visión, poder ver el mundo de otra manera a través de los “ojos” del amor. Y eso es posible sólo si reconozco que soy el Hijo de Dios y que hago parte de Su Mente y que Su mente está en mi, y que esa  Unidad es indisoluble.

«1.(26) Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.»

«¿Cómo puedo saber quién soy cuando creo estar sometido a continuos ataques?» mientras crea que puedo ser atacado, es porque he estado emitiendo juicios y condenas, es porque he estado proyectando y acusando a mis hermanos o acusándome a mi mismo,  me he identificado con el ego, he olvidado quien soy, he olvidado que soy el perfecto Hijo de Dios. 

La consecuencia de vivir bajo la tutela del ego es que: «El dolor, la enfermedad, la pérdida, la vejez y la muerte parecen acecharme.» Cuando pensamos y actuamos desde el ego, vivimos obsesionados por controlarlo todo, pues supuestamente eso me da seguridad, pero el ego y su mundo es caótico, no puedes controlar nada «Todas mis esperanzas, aspiraciones y planes parecen estar a merced de un mundo que no puedo controlar.» al elegir al ego, me olvido de quien soy, y veo un mundo de conflicto y enfermedades «He tratado de despojarme de mi herencia a cambio del mundo que veo.» la seguridad no la obtenemos de controlar. sino a través del amor perfecto que me da paz y felicidad: «Sin embargo, la seguridad perfecta y la plena realización constituyen mi verdadera herencia.» el recordar esta herencia y asumirla como propia es el propósito al que nos quiere llevar Un Curso de Milagros. «Pero Dios la ha salvaguardado para mí. Mis pensamientos reales me enseñarán lo que es mi herencia.» Esa herencia no se ha perdido, la podemos negar, la podemos olvidar, pero no sé puede perder, pues lo que Dios da es para siempre.

«2. (27) Por encima de todo quiero ver.»

«Al reconocer que lo que veo es un reflejo de lo que creo ser, me doy cuenta de que mi mayor necesidad es la visión.» lo que veo es el resultado de los pensamientos ilusorios que he proyectado. Lo que veo no es real, es el reflejo de mis pensamientos de culpa, miedo y ataque. La única manera de salir de la lógica del ego, es cuestionar lo que veo y proponerme ver este mundo de otra manera.

«El mundo que veo da testimonio de cuán temerosa es la naturaleza de la imagen que he forjado de mí mismo.» la naturaleza de mi imagen es el miedo, y este solo puede reflejar juicios y ataques que previamente he proyectado. Lo que recibo como retorno es  una percepción que me produce enfermedad y sufrimiento. Por lo tanto, elijo abandonar esos pensamientos, y decido reemplazarlos por el amor, para contemplar todas las cosas desde la visión interior. Proclamo que deseo, que necesito la visión. «Si he de recordar quién soy, es esencial que abandone esta imagen de mí mismo.» si recuerdo que soy el Hijo de Dios, abandonare la falsa idea que he forjado de mi mismo, y abandonaré al ego a través de la práctica del perdón. «A medida que dicha imagen sea reemplazada por la verdad, se me concederá la visión.» a medida que reemplace el miedo por el amor, se me concederá la visión.  «Y con esta visión contemplaré al mundo y a mí mismo con caridad y con amor.» y con la visión espiritual, con la visión de Cristo contemplare un mundo perdonado, pacifico y feliz.

«3. (28) Por encima de todo quiero ver de otra manera.»

«El mundo que veo mantiene en vigor la temerosa imagen que he forjado de mí mismo y garantiza su continuidad.» Mientras siga creyendo en el ego y sus fabricaciones, seguiré viendo la imagen de un mundo atemorizante. Seguiré creyendo que este mundo dual y conflictivo es real. «Mientras siga viendo el mundo tal como lo veo ahora, la verdad no podrá alborear en mi conciencia.» mientras siga viendo un mundo de miedos y ataques, le cerramos la puerta de nuestra consciencia al amor. «Dejaré que la puerta que se encuentra detrás de este mundo se abra,»  Más allá de este  mundo ilusorio, hay un mundo real, un mundo de amor y plenitud, cuya puerta elijo  abrir. La puerta que me permite acceder al mundo real la abro con la llave del perdón.  «para así poder mirar más allá de él al mundo que refleja el Amor de Dios.» si abro esas puertas, permitiré que la luz del amor  de Dios se refleje en mi consciencia, con lo que  comienzo a despertar del sueño de separación.

«4. (29) Dios está en todo lo que veo.»

«Tras cada imagen que he forjado, la verdad permanece inmutable.» pese a que le he dado» «realidad» a este mundo ilusorio de separación, Dios, el estado del Cielo permanece inmutable. El ego no puede cambiar lo que es Real, lo que es inmutable, eterno. «Tras cada velo que he corrido sobre la faz del amor, su luz sigue brillando sin menoscabo.» el amor seguirá brillando eternamente, independientemente de los velos que el ego pretenda ponerle para intentar ocultarlo. «Más allá de todos mis descabellados deseos se encuentra mi voluntad, unida a la Voluntad de mi Padre.» la voluntad que une mi Ser con mi Padre, no se puede alterar pues es una sola voluntad. Solo el sueño de separación me puede hacer creer que lo mortal es real y lo inmortal irreal, que el tiempo es real y que la eternidad es irreal. Esta es una creencia temporal que se desmoronará ante la presencia del Amor.

«Dios sigue estando en todas partes y en todas las cosas eternamente.» La naturaleza inmortal, eterna y amorosa de Dios no se puede afectar por las creencias del ego. Y por lo tanto, nosotros que fuimos creados a Su semejanza tampoco hemos alterado nuestra naturaleza divina. «Y nosotros, que somos parte de Él, habremos de ver más allá de las apariencias, y reconocer la verdad que yace tras todas ellas.» y cuando hayamos perdonado nuestros errores de percepción, y desarrollado la visión de Cristo reconoceremos la verdad que yace más allá de este mundo, más allá del error está la verdad, más allá del miedo está el Amor.

«5.(30) Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.»

«En mi propia mente, aunque oculto por mis desquiciados pensamientos de separación y ataque, yace el conocimiento de que todo es uno eternamente.» mi mente no puede existir separada de la Mente de Dios, pues somos una idea en su Mente, somos un pensamiento de Dios. Y las ideas no abandonan su fuente. «Yo no he perdido el conocimiento de Quién soy por el hecho de haberlo olvidado.»  mi naturaleza eterna no ha cambiado ni cambiará jamás, pues es parte de la naturaleza de Dios. Solo el sueño de separación me hace creer que no soy lo que verdaderamente Soy. Pero una creencia, es sólo una creencia, no es la realidad ni la sustituye. Mi Ser real  «Ha sido salvaguardado para mí en la Mente de Dios, Quien no ha abandonado Sus Pensamientos.» Dios no ha abandonado Sus ideas, no ha abandonado Sus creaciones, pues todo lo que Él crea goza de Sus mismos atributos, perfectos, plenos y eternos. «Y yo, que me cuento entre ellos, soy uno con ellos y uno con Él.» hago parte de la unicidad de la Creación, soy parte indivisible de la totalidad, soy el Amor que se extiende gozosamente en lo infinito.

PRACTICA:

Cinco sesiones de práctica. Lea la lección completa, incluyendo los comentarios y haces el ejercicio con las ideas de repaso, cada una de ellas por 2 minutos como mínimo. Igualmente
Hacer repeticiones frecuentes de las ideas del día.

«Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad”

«Por encima de todo quiero ver”

«Por encima de todo quiero ver de otra manera”

«Dios está en todo lo que veo”

«Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente”


Las instrucciones para la práctica de las lecciones de repaso son sencillas, pero deben hacerse con diligencia. 

«Dedica dos minutos o más a cada sesión de práctica, pensando en la idea y en los comentarios que le siguen después que los hayas leído. Haz esto tan a menudo como te sea posible durante el día. Si una de las cinco ideas te atrae más que las otras, concéntrate en ella. Sin embargo, asegúrate de repasarlas todas una vez más al final del día.» (Introducción 1er repaso 2:3-6)

La idea es interiorizar cada una de las lecciones, identificar cómo se relacionan, ver su lógica secuencial y la coherencia de su metodología y del sistema de pensamiento que nos propone.

Así que lee detenidamente cada lección, el comentario que la acompaña y practica cada una por lo menos durante 2 minutos. Y recuérdalas y úsalas durante el día. Notarás que hay una mayor comprensión y entendimiento de las lecciones. Cada vez adquieren más sentido para ti a medida que las prácticas.

Oscar Gómez Díez

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