
LECCIÓN 57
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Estas lecciones de repaso que van de la 31 a la 35, parten de un hecho fundamental para mi sanación: el reconocimiento que la libertad es la condición natural del Hijo de Dios, y que sólo soy víctima de mis propios pensamientos, y por lo tanto, he fabricado mi propio infierno, y las puertas de ese infierno las puedo abrir cuando decida hacerlo con las llaves del perdón. Lo que hay tras esa puerta es la paz a la que tengo derecho y que yo mismo me había negado.
Para ello debo asumir la responsabilidad sobre mis pensamientos. Reconocer que no soy víctima de nada ni nadie, que puedo cambiar, que puedo elegir el amor y la paz, y liberarme del miedo y del conflicto. Puedo conquistar mi libertad y paz interior.
1.(31) «No soy víctima del mundo que veo.»
No soy víctima de nada excepto de mis propios pensamientos. «¿Cómo puedo ser la víctima de un mundo que podría quedar completamente deshecho si así lo eligiese?» soy prisionero de mis propios pensamientos de miedo y ataque. «Mis cadenas están sueltas. Puedo desprenderme de ellas sólo con desearlo.» yo mismo me esclavicé y yo mismo me libero. «La puerta de la prisión está abierta. Puedo marcharme en cualquier momento sólo con echar a andar.» nadie ni nada me retiene en este mundo. Yo decido cuando me voy, yo decido cuando me libero del ego. «Nada me retiene en este mundo.» soy mi propio prisionero, mi propio carcelero y mi propio libertador. «Sólo mi deseo de permanecer aquí me mantiene prisionero.» mi libertad depende de mi voluntad, yo elijo ser libre, simplemente puedo decir que «Quiero renunciar a mis desquiciados deseos y caminar por fin hacia la luz.» La luz del amor me espera, realmente siempre me ha esperado, pues sabe que siempre la he habitado.
2.(32)» He inventado el mundo que veo.»
«Yo mismo erigí la prisión en la que creo encontrarme. Basta con que reconozca esto y quedo libre.» Este es el primer paso del perdón. Reconocer que yo soy la causa de mis experiencias. Yo mismo construí mi cárcel, escribí el guion de mi vida, basta con que reconozca esto, y podré deshacer el falso mundo que he construido.
«Me he engañado a mí mismo al creer que era posible aprisionar al Hijo de Dios. He estado terriblemente equivocado al creer esto, y ya no lo quiero seguir creyendo.» Este es el segundo paso del perdón. Elegir abandonar lo que me quita la paz. A lo largo de muchos de los ejercicios del Curso de Milagros, se nos está recordando de múltiples maneras los pasos del perdón.
«El Hijo de Dios no puede sino ser libre eternamente. Es tal como Dios lo creó y no lo que yo he querido hacer de él.» el tercer paso del perdón, es una entrega, es una constatación, un reemplazo de lo que ya no quiero ser por lo que realmente soy «El Hijo de Dios se encuentra donde Dios quiere que esté y no donde yo quise mantenerlo prisionero.» cada ejercicio del Curso es una invitación a abandonar lo que no somos y una invitación a reconocer lo que realmente somos.
3.(33) «Hay otra manera de ver el mundo.»
«Dado que el propósito del mundo no es el que yo le he asignado, tiene que haber otra manera de verlo.» yo le había asignado al mundo ser el escenario de la separación y el conflicto. Esa otra manera de ver el mundo es el perdón y el amor. «Veo todo al revés y mis pensamientos son lo opuesto a la verdad.» lo único que tengo que hacer es invertir la forma en que pensaba, y comenzar a pensar desde el amor, y de esa manera no «Veo el mundo como una prisión para el Hijo de Dios.» si asumo que hay otra manera de ver el mundo, debo llegar a la conclusión que «el mundo es realmente un lugar donde él puede ser liberado.» si decido invertir mi forma de pensar, si elijo perdonar mis errores de percepción y manifiesto que «Quiero contemplar el mundo tal como es y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.» pues contemplaré lo que decida contemplar, un mundo perdonado, un mundo en paz, un mundo donde el amor se ha extendido sin ningún obstáculo o barrera.
4.(34) «Podría ver paz en lugar de esto.»
«Cuando vea el mundo como un lugar de libertad, me daré cuenta de que refleja las leyes de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que él obedeciera.» cuando renuncie a mis fabricaciones falsas, cuando me haya liberado de mis propias ataduras, cuando tome consciencia de mi libertad, veré un mundo que refleje solo las leyes del amor, las leyes de Dios; el conflicto ha cesado y la paz reina en mi corazón. Y entonces «Comprenderé que es la paz, no la guerra, lo que mora en él.» y me daré cuenta, que mi paz es también la paz de mis hermanos «Y percibiré asimismo que la paz mora también en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo.» contemplar un mundo en paz es posible en la medida que sane mi mente, cese todo conflicto, la paz interior emergerá y reconoceré mi grandeza y libertad.
5.(35) «Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.»
Si reconozco que mi mente es parte de la de Dios, y fui creado a semejanza de Dios, necesariamente debo compartir Su misma Santidad. «A medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que esa paz brota de lo más profundo de mí mismo.» si en la lección anterior ya había elegido a favor de la paz, en la medida que la comparto con mis hermanos, la refuerzo en mi. Lo mismo sucede con el perdón: «El mundo que contemplo ha quedado iluminado con la luz de mi perdón y refleja dicho perdón de nuevo sobre mí.» la luz que mi perdón refleja, es lo que mis errores ocultaban: el Amor «En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de mí mismo ocultaban.» tras el perdón, empiezo a experimentar el amor, a ver todo con los ojos del corazón, con la visión de Cristo, y entonces «Empiezo a comprender la santidad de toda cosa viviente, incluyéndome a mí mismo, y su unidad conmigo.» cuando libero el amor en mi, empezaré a ver la unidad de toda la Existencia, veo la Santidad en cada cosa y en cada experiencia, las diferencias van despareciendo, ya no veo un “yo” y un ”tu” sino un nosotros, todo está hecho de la misma sustancia de la creación, todo es amor, y gozo de la Vida y de su paz.
PRACTICA:
Cinco sesiones de práctica. Lea la lección completa, incluyendo los comentarios y haz el ejercicio de cada una de ellas por 2 minutos como mínimo. Igualmente haga repeticiones frecuentes de las ideas del día.
“No soy víctima del mundo que veo”
“He inventado el mundo que veo”
“Hay otra manera de ver el mundo”
“Podría ver paz en lugar de esto”
“Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo”
Las instrucciones para la práctica de las lecciones de repaso son sencillas, pero deben hacerse con diligencia.
«Dedica dos minutos o más a cada sesión de práctica, pensando en la idea y en los comentarios que le siguen después que los hayas leído. Haz esto tan a menudo como te sea posible durante el día. Si una de las cinco ideas te atrae más que las otras, concéntrate en ella. Sin embargo, asegúrate de repasarlas todas una vez más al final del día.» (Introducción 1er repaso 2:3-6)
La idea es interiorizar cada una de las lecciones, identificar cómo se relacionan, ver su lógica secuencial y la coherencia de su metodología y del sistema de pensamiento que nos propone.
Así que lee detenidamente cada lección, el comentario que la acompaña y practica cada una por lo menos durante 2 minutos. Y recuérdalas y úsalas durante el día. Notarás que hay una mayor comprensión y entendimiento de las lecciones. Cada vez adquieren más sentido para ti a medida que las prácticas.
Oscar Gómez Díez
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