
SOLO TE JUZGAS A TI MISMO
La mente que proyecta descarga sus culpas y furias sobre los otros, no acepta explicaciones ni reflexiones, disfraza sus acusaciones con el argumento de tener la razón, y si alguien intenta explicar o justificarse, su contra argumento, serán más juicios y condenas que conducen al conflicto o el ataque.
Cada vez que juzgues o acuses a alguien, detente, aquiétate, respira lenta y profundamente y pregúntate:
,¿Quién es ese yo que juzga y condena? Que expresas rabia y resentimientos?
Examínate, ábrete a tu propia auto indagación, observa y obsérvate todo aquello que le quita la paz, y responde:
*Ese no es mi Yo, eso no es mi Ser. Esta emoción es un pensamiento falso que niega el amor que Soy.*
Entonces elige soltar y abandonar esos pensamientos. Libérate de ellos.
Entrega a tu divinidad interior todo pensamiento de odio, resentimiento, ataque, culpa o miedo y pídele que te ayude a deshacerlos. Y sentirás la liberación de aquello que has soltado y la paz que a ti ha regresado. Eso es el perdón.
Y agradece por la ayuda recibida, y agradece a tus hermanos por haber servido de espejos que te permitieron reconocer los conflictos que anidaban en tu mente. Pues toda relación no es más que una oportunidad para sanar y perdonar.
Oscar Gómez Díez
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